Métodos 

Cuando diseñamos un programa de ejercicios se han de tener en cuenta varios aspectos. Primero, identificar los problemas del paciente, a continuación proponemos un plan de tratamiento dirigido a los problemas identificados y por último, se establecen unos objetivos realistas.

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Ejercicios apropiados son aquellos que pueden ser ejecutados de forma efectiva y segura para la consecución de los objetivos terapéuticos. Cuando se prescribe ejercicio, el terapeuta debe conocer el diagnóstico, identificar la estructura o estructuras implicadas y saber el grado de recuperación de los tejidos y sus consecuentes limitaciones funcionales. El plan de ejercicio debe tener como objetivo tanto los músculos afectados como otras estructuras. Conociendo y entendiendo todo esto, ya se pueden adoptar las decisiones adecuadas con respecto a la elección de los ejercicios.

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Las características del tratamiento y la elección de ejercicios varían en función de la etapa de evolución de los tejidos y la resistencia. A medida que el animal mejora y los tejidos se recuperan, el plan de ejercicios debe irse readaptando a las nuevas condiciones del paciente y adaptándose al cambio de los tejidos implicados. La intensidad de un ejercicio se puede incrementar o decrecer modificando la duración del ejercicio, la frecuencia con la que se realiza el ejercicio y la velocidad a la que es ejecutada ese ejercicio. Por ejemplo, un objetivo inicial real para combatir la obesidad mórbida en un perro desentrenado y con un desgaste articular degenerativo sería ir aumentando el tiempo que el perro aguanta caminando cómodamente mejorando así la resistencia y logrando una reducción de peso. Incrementar la velocidad a la que camina el perro no sería un objetivo ni realista ni adecuado para este perro. Un ejemplo contrario sería el de un animal atlético que trata de recuperarse de una lesión y tiene el reto de mejorar la velocidad y la frecuencia para lograr el objetivo de volver a realizar una actividad. Es importante para un terapeuta tener el conocimiento y saber adecuar la intensidad de un ejercicio a las necesidades del paciente. La readaptación continua del tratamiento es la mejor forma de optimizar los resultados, asegurándonos de que en cada momento estamos haciendo lo mejor posible y nos adaptamos al ritmo de recuperación del paciente.

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Las rutinas de ejercicios deben ser seguidas regularmente por alguien que este familiarizado con el paciente y con las técnicas de ejercicio. Un ejercicio inapropiado o una técnica incorrecta pueden ser contraproducentes, provocando una recaída o daños mayores. Otra posibilidad es que aunque el ejercicio sea el adecuado la intensidad, velocidad, frecuencia,... no sean las adecuadas, lo que nos impedirá lograr nuestro objetivo.

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Por lo tanto, los principales aspectos que hay que tener en cuenta son los siguientes:

• Conocer el diagnóstico del paciente y entenderlo. Saber las limitaciones que la lesión provoca en el paciente y tenerlas en cuenta.

• Establecer unos objetivos ambiciosos pero realistas y adaptados al paciente.

• Establecer una pauta de ejercicios para ese paciente con la intención de alcanzar los objetivos previamente planteados.

• Readaptarse continuamente al paciente. La evolución del paciente será la que dicte el ritmo del tratamiento.

2.- Ejercicios en estancia asistida

Los pacientes con daños graves o una situación de debilidad pueden no ser capaces de ponerse en pie o de aguantar su propio peso. Una fase de puesta en pie, ya sea parcial o totalmente asistida, fortalecerá al paciente, ayudará a entrenar su propiocepción, mejora la circulación y la respiración y hace subir la autoestima y bienestar del paciente. Los objetivos de los ejercicios de puesta en pie asistida son fortalecer la función neuromuscular, reeducar los músculos, desarrollar la fuerza y la resistencia de los músculos y mejorar la propiocepción.

3.- Entrenamiento Propioceptivo 

Cuando un animal es capaz de mantener la estancia sin ayuda y de forma segura es el momento de comenzar con actividades para mejorar el equilibrio. El equilibrio dinámico es la capacidad del animal para mantener el equilibrio cuando su cuerpo se está moviendo, como cuando camina. Los ejercicios se realizaran para estimular el equilibrio dinámico del animal y deben ser llevados a cabo en una superficie no deslizante para dotarlos de la suficiente tracción y reducir el riesgo de caída.

4.- Actividades dinámicas de marcha 

Si un perro es incapaz de caminar de forma independiente, se ha de usar algún dispositivo para ayudarlo. En entrenamiento de la marcha ha de comenzar con el uso de una eslinga, toalla, arnés o "carrito canino". Es importante animar al perro a que se mueva despacio, dándole tiempo para que mueva las patas tan independientemente como sea posible así como darle el tiempo adecuado para que ponga cada pie en contacto con el suelo durante la fase de estancia a cada paso. Puede ser necesario asistir manualmente al perro en la secuenciación y colocación de las patas a medida que van reaprendiendo a caminar. Si el animal se mueve demasiado deprisa, normalmente evitan cargar su peso sobre la pata dolorida, adoptando una marcha anómala, como la "cojera de 3 patas", a saltos o arrastrar una pata. El principal objetivo debe ser que apoye con todas y cada una de las patas, fomentando una marcha lenta. Es importante que cada persona que haga andar al perro lo haga conteniéndolo y no le permita moverse demasiado deprisa.

5.- Marcha Independiente

Pasear despacito con correa es quizás el ejercicio más importante al comienzo de periodo de rehabilitación, y lo más normal es ejecutarlo incorrectamente. Hacer que el animal camine lentamente estimula que éste use todas las patas siguiendo el patrón secuencial de marcha. La velocidad de caminado debe ser lo suficientemente lenta como para permitir que soporte su peso; si el perro camina demasiado rápido, la tendencia es mantener flexionada la pata afectada sin cargar peso en ella. Los paseos lentos con correa son indicados para cuando el animal es reacio a usar la pata como consecuencia del dolor, debilidad o déficits propioceptivos. Estimula la colocación de las cuatro patas en el suelo, incrementando la fase de estancia y el soporte del peso.

6.- La progresión de los ejercicios

Se han de tener en cuenta muchas variables para diseñar un programa de ejercicios terapéuticos, como el tipo y la gravedad de la lesión, la estabilidad de la intervención quirúrgica, el número de patas o articulaciones involucradas, el tamaño del animal, la condición física preexistente, las facilidades disponibles, la pericia y experiencia del terapeuta o si los ejercicios han de ser realizados por el terapeuta, el dueño o una combinación de ambos.

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El objetivo de cada programa de ejercicio terapéutico ha de ser restablecer al animal de la forma más completa y activa posible. El objetivo deberá ser periódicamente reajustado si el paciente progresa en mayor o menor grado de lo esperado. El objetivo inicial será que el perro soporte su peso en la estancia. El siguiente paso será la ambulación asistida, que deberá ser trabajada junto a la propiocepción. Se continúa con la ambulación activa sin ayuda manteniendo el equilibrio. Cuando el animal está cerca de conseguir sus capacidades como animal casero, las estrategias estarán destinadas a lograr un mejor soporte de peso y ganancia muscular.

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Es importante realizar los ejercicios correctamente y mantener un nivel constante de actividad diaria o cada dos días. Una cantidad de ejercicio exagerada el fin de semana con una relativa poca actividad durante la semana puede ser perjudicial para la recuperación del animal; una actividad regular y diaria evitará el síndrome de "el guerrero de fin de semana".

Se puede producir un decrecimiento en la velocidad de progreso durante la fase crónica de la recuperación, pero es importante continuar para lograr la más completa capacidad de volver a la actividad como sea posible.

 

7.- Masaje 
El masaje es un elemento de la fisioterapia que ha ido cobrando una aceptación generalizada de forma graduada como modalidad terapéutica veterinaria. Entre sus amplios beneficios encontramos los siguientes:

• Rompe el círculo vicioso del dolor y la tensión muscular.

• Aumenta el flujo sanguíneo.

• Mejora el suministro de oxigeno y la eliminación de los productos metabólicos residuales

• Estimula la liberación de endorfinas endógenas, aliviando la sensación de dolor.

• Acelera la recuperación muscular.

• Aumenta el retorno venoso y linfático.

• Moviliza las adherencias.

• Mejora la percepción cutánea.

• Favorece la relajación mental y física.

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Existen muy diversas técnicas de masaje y todas ellas de eficacia probada. Su elección queda en manos del terapeuta. Lo importante es conseguir buenos resultados.

8.- Terapia Electrica

La estimulación eléctrica es una modalidad de fisioterapia y de rehabilitación muy útil para el tratamiento de distintos trastornos ortopédicos y neurológicos, sobre todo los que provocan dolor agudo y crónico o atrofia muscular.

Sus efectos varían en función de la frecuencia seleccionada para el impulso eléctrico pero dentro de ellos destacan los siguientes:

• Efecto analgésico (debido a un cuadruple efecto):

  • Activación del sistema de control de compuerta.

  • Reducción del tono en los músculos tensos.

  • Estimulación del flujo sanguíneo.

  • Estimulación de la liberación de endorfinas endógenas.

• Aumenta el tono muscular.

• Fortalecimiento muscular.

• Acelera la cicatrización de los tejidos en pacientes con fracturas induciendo osteogénesis.

 

A pesar de que algunas unidades de estimulación eléctrica son idóneas para su uso en casa, el hecho de que tanto la colocación de los electrodos como la selección de la intensidad adecuada sean determinantes no sólo para lograr el objetivo pretendido sino para evitar daños mayores, se han de seguir fielmente las instrucciones del terapeuta

9.- Termoterapia 
Se conoce como termoterapia al uso terapéutico de agentes físicos o medios para calentar o enfriar un cuerpo.

Tanto con frío como con calor logramos unos efectos de gran ayuda dentro del proceso rehabilitador.

El calor superficial nos proporciona los siguientes efectos:

• Aumento del flujo sanguíneo.

• Aumento de la velocidad de conducción de los impulsos.

• Relajación muscular.

• Alivio del dolor.

• Aumento de la extensibilidad de los tejidos fibrosos.

Y a través de la crioterapia (aplicando frío selectivo) los siguientes:

• Vasoconstricción.

• Reducción del metabolismo celular.

• Respuesta de Hunting (respuesta fisiológica al stress por frío).

• Alivio del dolor.

• Reducción de espasmos musculares.

 

Para ambos casos, el tipo y la gravedad de la enfermedad subyacente y el efecto terapeutico deseado determinaran la frecuencia del tratamiento.